Los miembros de la Asamblea Regional y Local Euromediterránea (ARLEM) se reunieron en sesión plenaria en Agadir (Marruecos) el 29 de enero y aprobaron una serie de tres informes dedicados a la gestión local del agua, al desarrollo urbano y a la dimensión territorial de la Unión por el Mediterráneo. Estos informes se presentaron ante el Secretariado General de la UpM. La ARLEM también identificó cuatro nuevos temas de trabajo: la energía, el cambio climático y la desertificación, las Pymes, así como la herencia cultural y la juventud.

La Ciudad de Barcelona representó a CGLU durante la sesión plenaria. CGLU propuso en particular una enmienda en referencia a la última resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas celebrada el 28 de julio de 2010 sobre el acceso al agua y al saneamiento como derecho humano.

CGLU, la Comisión Mediterránea de CGLU, el Comité de las Regiones y otras redes mediterráneas activas fomentaron la creación y desarrollo de la ARLEM desde enero de 2010 para facilitar contactos, intercambios de buenas prácticas entre ciudades y regiones, así como para desarrollar la cooperación intermunicipal e interregional.

La ARLEM consta de 84 miembros procedentes de la Unión Europea y de sus 16 socios mediterráneos ; estos miembros son representantes de regiones o estructuras locales y son titulares de un mandato de un ente local o regional. La ARLEM está presidida por una copresidencia que representa por igual a los socios mediterráneos y a la UE. El copresidente del grupo de los socios mediterráneos, actualmente Mohamed Boudra, Presidente de la región Taza-Al Hoceima-Taounate (Marruecos), ha sido confirmado por este grupo mediante consenso por una período de dos años y medio. El copresidente de la UE es el Presidente en ejercicio del CDR, actualmente Mercedes Bresso.

La iniciativa de crear la ARLEM responde a la necesidad de institucionalizar el papel de los entes locales y regionales en el seno de la Asociación Euromediterránea. Le confiere una dimensión territorial y tiene por objeto asociar en mayor medida a los entes territoriales a los proyectos concretos de la Unión por el Mediterráneo. 

La Declaración de Barcelona, aprobada por la Conferencia Euromediterránea en noviembre de 1995, reconocía en términos inequívocos que los entes locales y regionales deben participar activamente en el funcionamiento de la Asociación Euromediterránea. En ella se animaba también a las ciudades y regiones a celebrar encuentros anuales para examinar los retos comunes y confrontar sus experiencias.