Más de 100 ciudades firman el Pacto de Política Alimentaria Urbana de Milán

27.10.2015

Representantes de más de 100 ciudades de todo el mundo, entre ellos un gran número de alcaldes metropolitanos y miembros de CGLU, se reunieron en Milán para firmar el Pacto de Política Alimentaria Urbano de Milán, con el que se comprometieron a desarrollar unos sistemas alimentarios equitativos y sostenibles.

Representantes de más de 100 ciudades de todo el mundo, entre ellos un gran número de alcaldes metropolitanos y miembros de CGLU, se reunieron en Milán para firmar el Pacto de Política Alimentaria Urbano de Milán, con el que se comprometieron a desarrollar unos sistemas alimentarios equitativos y sostenibles. El pacto fue suscrito por el Alcalde de Milán, Giuliano Pisapia, junto con sus homólogos de ciudades de todo el mundo, entre las que cabe citar Belo Horizonte, Barcelona, Dakar y Moscú, durante la Cumbre de Alcaldes celebrada el día 15 de octubre. 

Una área clave de actuación para la ejecución del pacto sigue siendo los mercados alimentarios públicos, ámbito que sigue manteniendo un lugar estratégico en la red de CGLU. Tras la colaboración de CGLU con la ciudad de Barcelona durante la conferencia mundial de mercados alimentarios que tuvo lugar este mismo año, el papel de los mercados públicos en las ciudades metropolitanas ha crecido en importancia y la estrategia de aprendizaje de CGLU ha permitido prestar especial atención a esta política local clave en ciudades intermediarias. 

Ada Colau, Alcaldesa de Barcelona, que es considerada una “ciudad de mercado”, habló sobre las buenas prácticas de la ciudad durante la Cumbre de Milán: “Nos esforzamos en luchar contra la desigualdad alimentaria. Los municipios pueden aprobar políticas que garanticen el acceso a la alimentación a toda la ciudadanía. Estamos orgullosos de nuestros 39 mercados cubiertos: son lugares ecológicos, donde la gente puede comprar los comestibles. Se han convertido en una parte importante de la economía de nuestra ciudad”.

Sergey Sobyanin, Alcalde de Moscú, también subrayó que “las ciudades deben garantizar el acceso a alimentos de calidad a unos precios aceptables, así como crear las condiciones que permitan la producción y distribución de los alimentos”.

Las políticas alimentarias y agrícolas están siendo cada vez más desarrolladas por nuestros miembros regionales y por ciudades intermedias, tal como se mencionó durante el Tercer Foro Mundial de Desarrollo Económico Local, que tuvo lugar el mismo día en Turín. Antonio Bonfatti, gobernador de Santa Fe, subrayó que “necesitamos reducir la pérdida de puestos de trabajo en la agricultura mediante la adopción de políticas locales y regionales, a través de la creación de grupos y cadenas relacionados con la producción alimentaria, y también con la diversificación y complementación de iniciativas a pequeña escala como la jardinería urbana”. Mohamed Sefiani, Alcalde de Chefchauen y presidente del Grupo de Trabajo Ciudades Intermedias de CGLU, subrayó “la importancia de que las ciudades intermedias trabajen en colaboración y amplíen los servicios a los agricultores que combatan la marginalización y la pobreza, de modo que logren que estos tomen parte activa en la economía de proximidad”. 

Todo esto añade la dimensión de la seguridad alimentaria y la pobreza a la concepción internacional de los mercados que fue resumida en la declaración sobre los mercados públicos de marzo de 2015:

Como espacios públicos de vital importancia que permiten el intercambio diario entre compradores y productores locales, los mercados públicos poseen unos legados culturales e históricos que debemos procurar encarecidamente proteger, fortalecer y expandir. A diferencia de otras formas de empresa comercial, los mercados públicos están gestionados por y para el público, y aportan un valor añadido a la salud económica, social, física y ambiental de las comunidades a las que sirven.

Hoy en día, a pesar de su larga historia y numerosos beneficios, los mercados públicos se enfrentan a serios retos debido al insuficiente reconocimiento en materia de política, investigación y financiación. Muchas ciudades no poseen las políticas ni los recursos adecuados para invertir en el mantenimiento básico y la sanidad, para ampliar o crear nuevos mercados, o para gestionar espacios públicos de forma eficaz a fin de integrar la actividad del mercado. 

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