Abordando el COVID-19 en contextos de informalidad
04.05.2020
Las poblaciones vulnerables e invisibilizadas, en particular las que viven en asentamientos informales y trabajan en la economía informal, se encuentran entre las poblaciones más frágiles frente a los efectos de la pandemia. La Experiencia de Aprendizaje en Vivo sobre informalidades y COVID-19 promovió la reflexión colectiva sobre cuáles son las mejores maneras de responder a este inmenso desafío, desde la esfera local y contando con nuestras comunidades.
Esta Experiencia de Aprendizaje en Vivo tuvo lugar el 29 de abril y se organizó en colaboración con Cities Alliance y con otros partners como el Banco Mundial, Hábitat para la Humanidad, el sector privado, la Academia y la Coalición Internacional para el Hábitat.
Alcaldes/as, tenientes de alcalde y concejales/as de una amplia gama de ciudades de todo el mundo, así como representantes de los gobiernos nacionales, compartieron sus experiencias y aprendizajes sobre las repercusiones que la COVID-19 está teniendo en los sectores informales de sus ciudades, así como la forma en que estaban trabajando para abordar tales repercusiones. Entre los participantes se encontraban Patricio Morera, Viceministro del Ministerio de Vivienda y Asentamientos Humanos de Costa Rica; Yvonne Aki-Sawyer, Alcaldesa de Freetown; Noraini Roslan, Alcaldesa de Subang Jaya; Rohey Malick LoweJesús Darío González, Secretario de Gobierno de Cali.
La sesión también contó con la participación de partners de la sociedad civil y representantes del sector informal, como Jane Weru, Directora Ejecutiva del Fondo Akiba Mashinani Trust; Haija Mariam Iddrissu, Presidenta de REFELA Ghana, y Caroline Skinner, Directora de Investigación Urbana de WIEGO; así como representantes de la Global Taskforce de gobiernos locales y regionales.
Maimunah Mohd Sharif, Secretaria General Adjunta de las Naciones Unidas y Directora Ejecutiva de ONU-Hábitat, inauguró la Sesión declarando que «2020 ha dado comienzo a la década de la acción para el cumplimiento de la Agenda 2030, y no podremos ir más allá de este brote y hacia una nueva normalidad si las personas que viven y trabajan en contextos informales siguen estando en peligro».
Asimismo, detalló también orientaciones específicas para que los gobiernos locales de los países en desarrollo planifiquen y gestionen la nueva normalidad en lo que respecta a la vivienda, los servicios básicos, la organización de los mercados y la movilidad y otras cuestiones vitales para las comunidades que viven en asentamientos informales.
Billy Cobbett, Director de Cities Alliance, acogió con satisfacción el enfoque en la informalidad. «Es importante poner a los habitantes informales en el mapa, y en el presupuesto. Así es como se produce el cambio», dijo. Sostuvo que las respuestas a corto plazo deben estar guiadas por un enfoque a largo plazo en las cuestiones de acceso a la tierra y enfatizó también la necesidad de que los gobiernos nacionales, regionales y locales proporcionen marcos para el desarrollo de las capacidades locales.
Octavi de la Varga, Secretario General de Metropolis, expuso el enfoque metropolitano sobre la relación entre las actividades informales y la COVID-19, e hizo un llamamiento a la necesidad de replantearse el modelo de desarrollo y de aportar nuevos enfoques a la gobernanza, poniendo sobre la mesa el trabajo de las organizaciones de base para prestar servicios y la necesidad reforzar el diálogo entre ellas y los gobiernos nacionales.
La primera mesa de diálogo fue facilitada por Anaclaudia Marinheiro Centeno Rossbach, asesora regional de la Cities Alliance para América Latina y el Caribe, y comenzó con la intervención de Patricio Morera, Viceministro del Ministerio de Vivienda y Asentamientos Humanos de Costa Rica, quien expuso el protocolo para abordar los aspectos económicos de COVID-19 en los asentamientos informales de su país, basado en poner fin a los desalojos, dar prioridad a los planes de acción nacionales y locales y mejorar la prestación de servicios básicos en los asentamientos informales.
Yvonne Aki-Sawyer, Alcaldesa de Freetown, declaró que la divulgación en las comunidades es fundamental para dar respuesta a la crisis, ya que hace participar a grupos comunitarios específicos y a las poblaciones más vulnerables en la fase de preparación, antes de que se produzca lo peor de la pandemia. Asimismo, enfatizó que la mejora de los barrios marginalizados y la incorporación de la perspectiva de género serán dos temas esenciales en la reconstrucción para garantizar que ninguna comunidad sea dejada atrás.
La Alcaldesa de Subang Jaya, Noraini Roslan, alegó que las comunidades informales necesitan ser empoderadas en lugar de ser juzgadas, y pidió la legalización del sector informal al tratarse de una parte integral de las economías de nuestras ciudades. Jane Weru, Directora Ejecutiva del Fondo Akiba Mashinani Trust, sostuvo que, si bien la participación de las comunidades informales en la respuesta a la COVID-19 es imprescindible, es esencial también invertir de antemano en la planificación e incluirlas en los presupuestos.
Steve Weir, de Hábitat para la Humanidad, recordó cómo el proceso de Cabildo Público iniciado en Durban había hecho un llamamiento por un cambio de la narrativa con respecto a la informalidad. Destacó que el objetivo era desarrollar una narrativa más amplia, con la participación de todos los interesados y en la que la colaboración entre el sector público y el privado fueran parte fundamental de la co-creación necesaria para transformar nuestras sociedades.
La segunda mesa de diálogo fue facilitada por Emilia Saiz, Secretaria General de CGLU, quien retomó la noción de co-creación y participación comunitaria que habían aportado los participantes en la mesa redonda anterior y destacó que «la pandemia ha exacerbado algunos de los problemas que ya teníamos. Es evidente que tenemos que abordar los desalojos, tenemos que asegurarnos de que las medidas temporales que adoptemos se conviertan en permanentes y tenemos que dejar claro que ninguna esfera de gobierno puede hacer esto por sí sola».
Emilia Saiz mostró el Decálogo para la era posterior a COVID19, que ha sido desarrollado por CGLU y que proporciona medidas para una nueva gobernanza en el período posterior con la Agenda 2030 como marco, y pidió a los participantes que proporcionaran sus visiones de los 10 puntos desarrollados en el documento.
Jesús Darío González, Secretario de Gobierno de Cali compartió la iniciativa «la vacuna está en tus manos», que había permitido desarrollar la corresponsabilidad con las comunidades informales, al permitir que fueran ellas las que reaccionaran proactivamente ante el brote.
Rohey Malick Lowe, Alcaldesa de Banjul, también abordó la necesidad de incluir a las mujeres y jóvenes que viven en asentamientos informales en las estrategias de planificación, ya que su riesgo de infección suele ser mayor, y agradeció a REFELA, la red local de mujeres electas de África, su papel en la sensibilización de las mujeres de África y de Banjul. Haija Mariam Iddrissu, Presidenta de REFELA Ghana, también se centró en la brecha de género que existe en las comunidades informales, y compartió la forma en que REFELA se propone proporcionar información a las mujeres de las comunidades informales para sensibilizarlas sobre las cuestiones relacionadas con el virus y con cómo aplicar medidas preventivas.
La participación de las comunidades en la fase de reconstrucción fue un tema recurrente para Caroline Skinner, Directora de Investigación Urbana de WIEGO, que abordó la necesidad de aprender de las soluciones que los trabajadores informales habían estado desarrollando en medio de la pandemia, en particular sobre el distanciamiento físico y la gestión del agua y los desechos, y pidió a los gobiernos locales que prestaran apoyo a las comunidades locales.
Barbara Lipietz, profesora adjunta de la Unidad de Planificación del Desarrollo Bartlett del University College de Londres, destacó lo esencial que es arrojar luz sobre las alternativas y las respuestas positivas, para asegurar una respuesta a la crisis que abarque también nuestras vulnerabilidades estructurales y nos lleve no a la normalidad, sino a una normalidad «mejor».
Gérard Wolf, Presidente del Grupo de Trabajo de las Ciudades,Movimiento de Empresas de Francia (MEDEF), aportó la perspectiva del sector privado, destacando el ejemplo de Francia, que había desarrollado una coalición para los servicios básicos con todos los actores interesados, incluidos los gobiernos nacionales, locales y regionales, así como el sector privado y las organizaciones no gubernamentales.
Sameh Wahba, Director Mundial de la División de Prácticas de Gestión del Riesgo de Desastres, Resiliencia y Tierra del Banco Mundial, presentó las iniciativas del Banco Mundial para asociarse con comunidades y organizaciones informales como Slum/Shack Dwellers International, y sostuvo que la labor que se está llevando a cabo ahora es un medio para prepararse para la nueva normalidad.
Las observaciones finales de la sesión estuvieron a cargo de Adriana Allen, Presidenta de la Coalición Internacional para el Hábitat, que presentó las lecciones aprendidas y pidió que se reconociera al sector informal como parte íntegra de las ciudades. Sostuvo que la redistribución de los recursos es un componente esencial de la transformación de las sociedades después de la crisis, y afirmó que tomar en consideración los datos producidos en los entornos informales será fundamental para efectivamente permitir esa redistribución.
Filiep Decorte, Jefe de la Subdivisión de Desarrollo de Programas de ONU-Hábitat, convino en la necesidad de considerar a todas las comunidades como partes iguales de la ciudad, y pidió una coalición, con la Nueva Agenda Urbana y los SDG como marco, para garantizar que los programas de reconstrucción tengan un impacto real.
La sesión fue clausurada por los representantes de la Global Taskforce de Gobiernos Locales y Regionales. Greg Munro, Secretario General del Foro de Gobiernos Locales de la Commonwealth pidió que se reconociera la co-dependencia de los sectores formal e informal; y Jean-Pierre Elong Mbassi, Secretario General de CGLU África, defendió la necesidad de proporcionar un conducto directo a las poblaciones más vulnerables para asegurar que tuvieran acceso a los recursos, y de cambiar la forma en que se llevan a cabo los partenariados para que beneficien a los que más las necesitan.